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a golf course on a rocky cliff by the ocean
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Quivira Golf Club: Un Acto en la Cuerda Floja

Desde su debut en 2014, el magistral diseño de Jack Nicklaus en Quivira Golf Club ha sido receptor de fieles seguidores así como de numerosos premios. Quivira, posiblemente la obra más ecléctica y original en el prestigioso portafolio de campos concebidos por Jack, es un diseño singular que se distingue del resto de las creaciones de Nicklaus. Y obviamente ello se debe a una razón.

Tal y como señala Antonio Reynante, Director de Quivira: “En los acantilados y en las dunas de Quivira, Jack pudo crear una experiencia de golf verdaderamente única y especial que no puede compararse con ninguna otra en cuanto al nivel de desafío y al esplendor de sus paisajes". Sin embargo, desde una perspectiva estratégica y del routing, Nicklaus y su equipo de diseño se vieron limitados por las empinadas colinas de arena del lugar, los escarpados acantilados de granito y los fuertes vientos. Como la necesidad es la madre de nuestra capacidad inventiva, el "Golden Bear" -  una mente incansable con más de 400 diseños en su haber - se impuso ante un terreno lleno de peligros frente al cual otros habrían sucumbido.

Aunque Golf Digest reconoció a Quivira como uno de los “100 Mejores Campos de Golf del Mundo”, también lanzó una advertencia sobre su inusual trazo. Al final, la impresionante ubicación de este diseño en el Fin de la Tierra y sus fascinantes desafíos triunfaron.

En la edición de otoño de 2023 de LINKS Magazine, Joe Passov, un astuto observador de la arquitectura de los campos de golf, describió a Quivira como un “Acto en la Cuerda Floja”. También lo llamó “la espeluznante aventura del golf por excelencia”.

"A veces lo único que queremos de una experiencia de golf es un paseo tranquilo por el parque", escribió Passov. "Sin embargo, de vez en cuando se nos antoja un viaje emocionante que nos acelere el pulso". Noah Webster no era golfista - comentó - pero su diccionario define “espeluznante” como algo “que causa terror, emoción o asombro” y el campo que mejor se ajusta a esa descripción es Quivira en Cabo San Lucas”.

Lo divertido, exclamó Passov, “comienza con el recorrido de cinco minutos de duración, lleno de curvas que provocan vértigo” desde el quinto green hasta el sexto tee a 84 metros (275 pies) sobre el nivel del mar. (Los hoyos volvieron a numerarse el año pasado, por lo que el antiguo hoyo 5 par-4 ahora es el hoyo 6).

Con apenas 310 yardas, el angosto e inclinado fairway en el número 6 delinea el límite de un escarpado acantilado de granito en el lado izquierdo, antes de caer hacia un green oculto que cuelga sobre un acantilado justo al borde del abismo.

Tal como lo señaló Passov, “…incluso con un tiro exitoso, el green está en algún lugar ‘ahí abajo’, visible para algunos e invisible para otros. Quienes puedan verlo, considérenlo una bendición a medias”. ¿Por qué? “Mirar fijamente los 60 metros (200 pies) de la nada a la izquierda, hacia atrás y a la derecha provoca una desorientación momentánea, porque no se parece a ningún otro objetivo al que usted haya apuntado en un campo de golf, y todo con un wedge desde una posición en la ladera”.

Al final, el No. 6 es el hilo conductor que Nicklaus necesitaba construir para que los jugadores rodearan la ladera de una montaña y experimentaran el impresionante hoyo 7 par-3, su green de dos niveles tallado en la base de una duna con un búnker cavernoso y un escarpado desnivel protegiendo el lado izquierdo. El juego continúa con espléndidos hoyos de estilo links, en particular el octavo, cuyos tees de salida se encuentran sobre el Faro Viejo, una emblemática estructura que data de 1905. Haciendo frente a la imperante brisa, se sitúa el fairway que en lo alto de un acantilado y rodeado por dunas y el mar, conduce a un green con interminables bordes al que protegen los arenales.

Hay más emociones por delante, especialmente en el colosal hoyo 12 par-5 con dogleg doble, que cae desde lo alto y zigzaguea por todo el  fairway con forma de isla hasta un green con la silueta de una lengua. Es el hoyo más largo del campo. El más corto es el pequeño hoyo 13 par-3, que exige un golpe de salida infalible sobre el abismo hasta un minúsculo green que corona un pináculo de granito y se eleva desde las ardientes aguas del mar.

“A veces, el viaje a Quivira es una locura, pero gracias a su factor sorpresa, es innegablemente maravilloso”, concluyó Passov. Los huéspedes de Pueblo Bonito Resorts que practican golf estarán totalmente de acuerdo.

Hospédese en alguno de nuestros resorts en Los Cabos para su próximo viaje de golf y disfrute de una inolvidable ronda en Quivira.